de Michel Leiris

A Jacques Baron

Cuando nació
algunos dijeron que tenía
filamentos de angustia en el lugar del corcho
de su cabellos
un tapón de corazón en el lugar del corcho
un tapón de corcho en el lugar del corazón

Padeció toda la familia
crujió el artesonado
más las hadas de bocas grandes como esos ríos que arrastran las fiebres
cantaron al unísono
He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!
He ‘s a jolly fellow

Sus manos eran labios
sus labios narices
y su frente un haba
seca y apretada como el peso del genio
cuando deja caer a plomo su peste pulmonar
sobre las espaldas de un adolescente que ha crecido muy rápido
que cree todavía en la locura del viento
y en la frescura de las rosas de las huertas

Jovencísimo ya amaba la piratería
-o más bien la atroz bufonada- de las luchas amorosas
las bocas pegadas a sus pies de cejas
el ataúd de los ombligos
los dientes clavados en sus uñas burlonas

Jovencísimo se aprovechaba ya de las amantes
de sus caricias deletéreas
pero más que nada le gustaba embriagarse
y vomitar como para escupir
todas las porquerías del cielo y de la tierra
He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!
He ‘s a jolly fellow

Paseando silbaba
y los aires que salían de sus labios
divertían hasta a las hortalizas
que crecían en pequeños recintos extremadamente desagradables
regadas por los llantos
las secretas poluciones de la tierra

A un ragtime sigue otro Una aventura vale por otra
en ese baño de cristales vacíos donde morimos literalmente de hambre
Se encaprichó de un barco Se encaprichó de una negra
Más tarde de un tocador
de un escabel
de un castigo
En fin lleva la existencia de un palo de silla carcomido
mientras su viejo tapón cordial danza y se agita como los pliegues de una cortina
He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!
He ‘s a jolly fellow

Aún descansan los navíos en los muelles
mas los bolsillos están secos
Todos los pañoles no obstante descienden
y dan una vuelta en torno a los cristales des lustrados en los antros de la nada

Cuando regresan
sus dedos y los cabos que penden de sus ropas
aparecen enmarañados de mujeres
pero él sólo silba y vomita de asco
porque no cogió nada

Transcurre toda su vida

de bar en bar para hacer llamear sus cálidas borrachografías
de ciudad en ciudad
de plegaria en plegaria
Sus pies de manos están cubiertos de duras callosidades
que oscurecen también sus pulmones de párpados
Mas un hermosa día se colgó
y alrededor de él se burlaban los pájaros
Entonces vomitó como solía
y de modo natural se dilataron sus ojos
«un buen trozo de salchicha nos sentaría mejor
gritaron los gusanos que le roían

He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!
Ahora hay que comerse su cuerpo de glorioso mártir»

La dulce nieve de su cuerpo
de su vientre de rostro
de su pueblo de axilas
se fundió lentamente y sin canciones
bajo la caricia de esta miseria calma de las vajillas
Un campanario se alza
crujen las persianas
más tarde las aves vuelven en bandadas
y más de un cántaro se raja

Danzaron hasta la noche los marineros
los vasos se vaciaron y se los separa
mas en una oscura calleja algunos mendigos hasta el alba cantaron
He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!
He ‘s a jolly fellow

Pero ahora ¿quién
quién ahora abrirá la ventana?

Versión de Antonio Martínez Sarrión