Ahora suelta el sol su rubia cabellera
En la primera hora del amanecer
Y la extiende sobre la primavera de la tierra
Donde miles de flores resplandecen.
La moja pensativo con el rocío refrescante,
En los húmedos escondrijos de las flores,
La desprende con cuidado de las espinas de las rosas
Pero indeciso, distraído, como en el sueño.
El bosque y el prado la acarician
La dejan volar por el aire.
Ahora acaricia al niño en su cuna
Y a las ásperas mejillas de los ancianos.
Pero el pensamiento está lejos de todo;
¿Para que servirá esta alegría?
Sueña entre las estrellas milenarias
Que agrandan el enigma de la vida.
Suelta su pelo y lo extiende
En la hora feliz de la mañana:
Y sueña entre los mundos que se le precedieron
Y entre los nuevos que los anhelantes brillan.
Versión de L.S.