Algo de ti, aun cambiado, queda conmigo.
Viene con el mar, en el idioma extraño
de personas que desconozco
y sin embargo cada día me rodean,
tras el repetido batir de lo vivo
y el deseo de vivirlo.
Tal vez también algo de mí quede contigo.
Si es así, como un perro que husmea callejones,
podré seguir el rastro y hallarte al final
de estos días, recibir la luz y el brillo
del mundo que llevas contigo,
o al menos sus pecios de materia encantada