Balada de Jaime García Terrés

Esta manera de soñar que tengo.
tan a lo vivo, tan sin ley,
a mis labios imparte contradicciones y desvíos.
El grito se confunde con la más honda tristeza;
la tormenta fecunda calmas decisivas.
En un mismo papel quedan grabados
hijos diversos de diversa llama.
por este sueño mío. vagabundo.

Los lunes me levanto belicoso,
el miércoles me sabe amarga ya la boca,
taciturno fallece todo el viernes,
y el sábado me río descaradamente.
Jornadas van, jornadas vienen,
jamás iguales entre sí,
por este sueño mío, vagabundo.

Las palabras que dije, las coplas que medí,
verdades fueron un instante,
después nada.
Testimonio caduco, mantienen su postura,
perpetuas en su gesto momentáneo,
cual momias de convento.
A la vez concebidas, muertas, embalsamadas,
por este sueño mío, vagabundo.

Señores y señoras, desnudo tiempo soy
con alas imperiosas.

Desconozco la tregua; fluyendo me transformo
al ritmo de un tic-tac voluble,
siervo leal que mira
por este sueño mío, vagabundo.