Por las praderas hondas,
avizor y azoradas
-oh ciervas en huída-
las ideas se escapan
con tan ligeros pies,
que si se abate el rayo,
raptor del alto cielo,
no encuentra más que campo:
paréntesis de cauce,
asomos de colina,
árbol agudo, huella
de pie veloz: sonrisa.