Canción II de Victor Hugo

Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí?
Y si así me enloquecéis,
¿por qué me miráis así?
Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí?

Si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?
Del hermoso porvenir,
de la dicha en que soñáis,
si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?

Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?
Sois mi afán y sois mi fe;
tiemblo al veros ¡ay de mí!
Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?

Versión de Salvador Díaz Mirón