Hace tiempo que sólo hablo en pasado,
que apenas soy capaz de atisbar un ahora
triste,
tristísimo…
y, solo, me refugio en los recuerdos
como queriendo encontrarme
en un calor de antes
que ya es frío.
Lloro a veces
y no sé por qué lloro,
quizás para intentar
buscarme en la humedad de mis mejillas.
La soledad es dura compañera
en tardes como ésta,
tardes en que la muerte
sería el mejor láudano.
Siento latir mi piel
de cartón piedra.