Al hilo de tu voz y asida al hilo
tengo el alma, mi amor, para escucharte.
Viento de muchos álamos comparte
tu voz conmigo y la sostiene en vilo.
Asiento para pájaros y asilo
de enamoradas nubes. Por hablarte
hoy, pasando lo azul de parte a parte,
se atraviesan los cielos con su filo.
Un fresco olor a tierra que se labra
y a manantial con luna se improvisa
para inundar tu voz cuando navegue
la quilla dulce y fiel de tu palabra.
Y un silencio de pájaros avisa
mi muerte, amor, cuando el silencio llegue.