Como las antes tan respetadas plañideras
han sido prohibidas en los días y en los cuadros
-pues cada vez se hizo más persistente el rumor
de que su oficio hacía cosquillas a los muertos-
quizá sí podría asegurarles que nunca como ahora
estuvo tan en suspenso el mundo. Y como acaso
también es verdad que ya hemos pasado todo
el miedo que nos dijeron
que tendríamos que pasar
y como puede que también sea cierto
que por las rendijas de una tarde
por fin llueva ya otro tiempo
como llueve un duelo o llueve un beso
tímidamente ahora se me ocurre
que tú y yo podríamos jugar
a parchís con el silencio
obligando a nuestro amor
a que hiciera de tablero.
Pero no. Es verdad: no estoy seguro,
no me atrevo. ¿Qué quieres?. Como tú
bien dices, alguien puede
estar mirando.