Ravi el encantador,
sentado junto a una canasta de palabras,
las encantó
y se ordenaron en significados.
Obedecían al encantador
y significaban exactamente
lo que él quería que significaran.
Hay quien inventa
palabras tristes, tristes,
para llorar todos los días.
Humpty Dumpty
preguntó a Alicia qué significaba
su nombre
y se rió
tánto, tánto,
que se le juntaron las comisuras
a la vuelta de la cabeza.