«Cuando tú te hayas ido…» de Luis Izquierdo

Y yo me iré…
J.R.Jiménez

Cuando te vayas, ni te llorarán
-es ley de vida,
o fue, dirá un colega-,
pensando como siempre en los demás.
Los bosques que ayer fueron
desaparecerán,
pero muy lentamente,
y lentamente seguirá el olvido
de las pautas aladas de febrero
frente al surco abolido de los campos.
De la voz de las gentes,
del humo de los trenes y de fábricas,
ni se hablará.
Pero lo alado -viento, nubes, pájaros
y el pueblo singular-
ha de seguir nutriendo un palimpsesto
por metaforizar.
Sólo suspiros o trasminaciones
invaden un ayer que se presenta
-«cuando tu te hayas ido»-
de nuevo en un poema
-«me envolverán las sombras»-
para engañar el tiempo que no engaña
ni siquiera al poeta que se ha ido
mientras los pájaros
(«cual negras, frías notas
escritas en la pauta de febrero»)
le cantan.

Aunque el canto no siempre es evidente,
ni para todos ido.
Menos mal.