Quiero nombrar tu cuerpo, tu oscuridad, tu lumbre,
el pecho que se inflama,
tu savia azul, el río de tus astros.
Quiero nombrar tu cuerpo, tus caminos,
el laberinto tibio, las girándulas,
el sexo umbrío, las vísceras ocultas,
esa linfa secreta que va trenzando el tiempo.
Quiero nombrar tu cuerpo, los murmullos,
los labios cuando besan o nombran otros cuerpos,
el fuego de la lengua, la humedad de la piel.
Tu saliva que es áspera y amarga.
Quiero narrar tu espalda añil que delimita
con un dios impreciso, inabarcable.