De mala muerte de Sergio Badilla

El enladrillado conducía al castillo de alcurnia
En el interior del atrio – recuerdo – una escultura desnuda
de una princesa alelada
Más lejos eran la primeras luces
los menoscabos
los tiras y aflojas de intemperantes y proxenetas
Era junio – dicen – alguien me confirma desde un escondrijo
un anciano tocaba un tango medio dormido en un tablado
Más lejos era ya la madrugada y las putas fragorosas
perdían sus colores se esfumaban los feligreses
La ciudad disonante sin fundar aún por la
imprecisión del paisaje en la mirada
el suburbio chillón de tamboreo y huifa
El corazón palpitaba profundo:
un fragmento de vida …….una fracción de tiempo con malvados
Empero no había reino ni había tanta claridad
sólo una mañana a punto de deflagrar en la licencia
¿Qué estaría haciendo su alteza a esas horas?