De «Memorias de un mujeriego» 1978 de Leonard Cohen

(Death of a lady’s man)

Versiones de Antonio Rasines

El amante después de todo

Mueres exactamente en esa actitud de burla, inmundo parásito de la vacía ordalía.
Mueres exactamente con ese aspecto, en toda tu diarreica posesión de tu elevado rango.
Tu cieno bajo el sol, agente de la podredumbre en mi gran corazón marinero. Eres tú.
Es tu miserable juicio de mi asunto amoroso.
Una blanca mariposa parpadea como el final de una película doméstica, y me da palabras, y con ella puedo construir un mundo en el que tú puedas menearte, un mundo grande, complejo y verdadero, en el que resultó ser el amante después de todo,
y tú resultas ser tan sólo estúpida, pero perdonada en un granizo de semillas.
¿Cómo puedo ponerte a dormir? ¿Qué piedra tallada, qué inscripción podrían mantenerte yacente? Me detestas porque carezco de temple. Sobre tu fatiga alzamos el emblema de la victoria. lnhalamos profundamente la fragancia de tu rendición.
Es exactamente mediodía. Yo soy la falsa voz del armisticio. ¿Quién espera tras tus ojos idiotas el golpe final?

EL AMANTE DESPUÉS DE TODO

Aunque eres capaz de ser más astuta que yo, no pienso volver a ti. Aunque la pureza de tu amor se vea reafirmada
por el unánime temblor de todas y cada una de las plumas de las huestes celestiales, no tengo intención de volver al hacha
de tu amor. Oh triunfante hombre esposo y rey del lazo de los caballos sin corral, no pienso volver a ti, aunque me retuerza
entre tus brazos y rinda ante tu voluntad la esencia total de mi polvorienta cáscara aquí en este capturado salón del sudor,
jamás pienso regresar, juro por la desgarrada cortina de mi virginidad y el silencio espeso como la sangre entre las palabras
sin puentes, que te mentiré por toda la eternidad; y que jamás seré de nuevo el receptáculo de tu necesidad.

* * * * *

Kefi

La última noche le hice el amor a la criatura, gran fuerza tenía en mis caderas.
Carezco de opinión acerca de la cuestión. Estoy de acuerdo con tus opiniones.
Cuando sopla el viento y las margaritas ondean, yo me encuentro en el centro
de una gloria. Tengo un gran Kefi esta mañana, causado por el desayuno
y una esforzada meditación. Hay una bandera tras los capullos del almendro.
Un basurero que pasa sobre una mula gris me grita: «Te perdono.
Tu presunción es como la flor que tengo entre los dientes. No obstante, gringo,
deberías aprender que mi camino es mejor que el tuyo.»

KEFI
¡Estas conversaciones imaginarias con sabios del tercer mundo!
Finalmente, Edgar Guest ha encontrado el camino hasta los oscuros rincones
del colonialismo.

* * * * *

Lentamente me casé con ella…

Lentamente me casé con ella
Lenta y amargamente me casé con su amor
Me casé con su cuerpo
en el aburrimiento y el gozo
Lentamente fui a ella
Lenta y resentidamente llegué a su cama
Fui a su mesa
por hambre y por hábito
fui a que me dieran de comer
Lentamente me casé con ella
sancionado por nadie
con la bendición de nadie
en nombre de nadie
en medio de advertencias generalizadas
en medio de la burla generalizada
Fui a su fragancia
con las narices distendidas
Fui a su codicia
con semilla para un niño
Años para la llegada
y años en retirada
Lentamente me casé con ella
Lentamente me arrodillé
Y ahora estamos heridos
tan profundamente y tan bien
que nadie puede hacernos daño
excepto la propia Muerte
Y a través de la totalidad del sueño de la Muerte
Me muevo con sus labios
El sueño es una noche
pero eterno es el beso
Y lentamente voy a ella
lentamente nos despojamos
de los ropajes de nuestras dudas
y lentamente nos desposamos

LENTAMENTE ME CASÉ CON ELLA

Es un largo trayecto el que hay hasta casa Fairfax abajo hasta la Autopista de Santa Mónica, una siniestra extensión de la Imaginación. El torzal de su fragancia chisporrotea sobre mí como un antiguo cable de tranvía. Polvo de la exhausta
primavera de L.A. en la palanca del cambio de luces, alzando su sombra de humo a humo entre los marcadores luminosos
de carril. Y qué es esta canción sino un poco de música ambiental para aquellos que salen demasiado, que hablan a sus esposas divorciadas incorporeizadas entre el parabrisas y las estrellas siguientes con voces de secreta intimidad, tales como las que jamás usaron en el sempiterno régimen de separarse.

* * * * *

Mi esposa y yo

Mi esposa y yo hicimos el amor esta tarde.
Nos escondimos juntos de la luz de nuestro deseo, frente contra frente.
Más tarde me preguntó: ¿Tuve para ti un sabor dulce? Querida compañera así fue.
Esta noche me quedé mirando con placer cómo se desnudaba y se ponía su pijama de franela. La estreché con fuerza hasta
que se quedó dormida.
Después cerré la luz y abandoné la habitación cuidadosamente y bajé aquí contigo.

MI ESPOSA Y YO

¿Quién puede ir más allá de las cuatro primeras palabras?
¿Quién puede apresurarse al pasar ante las seis últimas?
Poeta de las dos grandes intimidades, has aparecido de nuevo para unificar
nuestras graves preocupaciones.
¿Dónde está ella ahora? ¿Dónde están esos pijamas de franela?
¿Dónde está tu ternura hacia la mujer y hacia Dios?
Sé que estás haciendo trampas en alguna parte; no obstante, consiento en sentirme profundamente emocionada
por el exquisito accidente de este párrafo.
No tenía este trabajo en mente cuando niña, pero no me avergüenzo de ser tu exegeta.

* * * * *

No hay nadie mirando

Acuéstate. No hay nadie mirándote. En hilos innumerables los copos de nieve
son retraídos al filo de la noche. Se acabó la nevada. Gratifica con grandes puñados de nalga.
La muchacha ha venido.

NO HAY NADIE MIRANDO

una noche maravillosa
una mujer maravillosa
se casaron en invierno
se separaron en primavera
ella arrojó su alianza
al Lago de las Decisiones
ella continuó
él continuó
se encontraron de nuevo
en el sur de Francia
ella vivía sola
pero con gran belleza
él apareció ante ella
como un sapo
ella le persiguió hasta echarle
del siglo 18
el piensa en ella todo el tiempo
pero en invierno
enloquece
camina por su habitación arriba y abajo
cantando a Hank Williams
la policía pone multas a su automóvil
el personal de retirada de nieves
lo cubre de nieve
finalmente es remolcado lejos
a una inmensa pradera blanca
de perros congelados

* * * * *

Qué hago aquí

No sé si el mundo ha mentido
Yo he mentido
Yo no sé si el mundo ha conspirado contra el amor
Yo he conspirado contra el amor
El clima de tortura no constituye ningún consuelo
Yo he torturado
Aunque no hubiera existido la nube en forma de hongo
habría odiado
Escuchadme
Yo habría hecho las mismas cosas
aunque no existiera la muerte
Me niego a que se me sujete como a un borracho
bajo el frío grifo de los hechos
Yo rechazo la coartada universal
Como un ninfomaníaco que ata a un millar
en una extraña hermandad
Yo espero
a que cada uno de vosotros confiese

* * * * *

Tu chica

Ponla en cualquier parte
apoyada contra una pared
Desnuda sobre tu lecho
vestida de gala para el baile
Métele algunos pensamientos
en la cabeza
Ponle algo de dinero
en las manos
Asegúrate de que puedes hacerla correrse
al menos una segunda vez
Hermano, esa es tu chica

TU CHICA

y hablad juntos de la era que se avecina
en la que vestirás carne de mujer
y dejarás que tu belleza adopte una vez más
el valor de un corazón para empezar de nuevo

informa mi soledad con momentos
de la inminente unidad, confiesa
tu cuerpo a mi absoluta ignorancia
y haz descansar al soñador de su falta de sueños
(misteriosas cuartetas de los Cuadernos de Notas en los que trata de
pleitear por la paz )

* * * * *

Un sentido de la mañana

No puedo soportar el sonido de una pizarra al ser arañada.
Es esto lo que tú estás haciendo en mi oído medio. Es así como hacen confesar a los espías. Vine hasta aquí para averiguar por qué eres fea. Las campanas de mediodía gobiernan un lado del cielo. Están finalmente poniendo las tejas a ese tejado colina arriba. Estás en el centro de tu mundo. Nosotros estamos intentando circuncidar tu corazón. Pero no podéis evitar que grite. Sí, hemos amortiguado tu voz. Tienes Tienes Tienes. Esto nos deja con un sentido de la mañana.

UN SENTIDO DE LA MAÑANA

Ya has dicho lo que tenías que decir. Tu mañana fracturada.
Tus frases de aceite y agua. Ya no deseamos quedarnos contigo. Nadie lo desea. No puedes casarte con hormigas y gotas de lluvia. La gente tiene derecho a esquivar tu granja. Estos arneses deformes y estas correas sin objeto -¿para quién son y qué trabajo les obligarás a
hacer?-, espíritus deformes cuyo destino era la muerte que tú revives, sedes de curiosidad y venganza. Alguien más te ha declarado la guerra.
Lo averiguamos en los Libros de Notas:

No me persigáis por no ser hermosa
y no hagas como que soy una niña pequeña
que no ha aprendido aún a utilizar el maquillaje
¿Deseas realmente combatir conmigo a muerte?
Tengo hijos por los que debo seguir viviendo
Tú tan sólo tienes Belleza