Delivery de Esteban Charpentier

negrita ¿te has dado cuenta que sería capaz
de comer vidrio por vos?
Rodolfo Edwards

Suena dos veces el timbre en el cuarto
…silencio
después otras dos en el tercero
te levantás desnuda y desfilás por la alfombra
con tu estela de adagios
-suba por favor… esta abierto?-
te vestís mínimamente
encontrás una sonrisa cómoda, dos moneditas y abrís
-arrolladitos primavera, salsa agridulce,
ah… el chaw fan con camarones
viene con un poeta de regalo
lo quiere?-
-no sé y… qué come?-
-nada señora, solo agua durante todo el día
con eso le basta
escribe llora y la mira sin parar, siempre-
-está bien, déjelo, y si no lo quiero más qué hago?-
-no se… hasta luego-.
De esa manera volví hasta tí,
como un milagro
durante cuatro días y sus noches te dediqué
mis mejores poemas, mis más tiernas lágrimas, mi mirada
el viernes alquilaste Armageddón
pediste pollo con almendras y cerdo frito para dos
y con tu mejor sonrisa
le suplicaste al chino en inglés que me llevara.
En una esquina de Bulnes
paró la bicicleta junto a un poste
me acomodó para los cartoneros
y me dejó, si volvía con otro poeta el trompa seguro lo echaba
Ahora viajo en el tren blanco, hacia José León Suarez
entre latas de guinnes negras aplastadas
acá somos tantos los tristes mi amor…
que la miseria de mi corazón
se siente al fin acompañada.