M Altolaguirre, Poesía, III, 1930
No me has querido y huyes por tus años
hacia un país en donde yo no existo,
pero cuánto me dejas al dejarme…
Otros verán tu vida deshacerse;
yo conservaré intacta la memoria
de una frágil belleza adolescente.
Pronto no has de ser tú, aunque no mueras;
aunque no vivas, vivirás en mí.
Siempre joven serás en mi recuerdo:
fíjate cuánto gano si te pierdo.