Mientras más viejo
se muere menos:
matemática pura.
Dios es un matemático
prolijo, previsible,
y la naturaleza el libro
que se le quedó abierto,
olvidado,
con pájaros inocentes
escapando del destello,
engañados como las flores
de un espejismo;
como los peces efímeros
vagando en una tierra
infecunda,
como los días que se mueren
a la hora señalada
todos los días,
cuando el sol es un reloj
agonizante allá en la vida,
que apunta prosternado
hacia el ocaso.
Matemática pura.
Hábito de cándidos silencios
apocalípticos.
Memoria que fuiste,
memoria que eres,
doliente,
mucho antes de haber sido
y de ahora que menos
se muere.
Matemática pura.
Sentencia sin secretos
virginales.
Diseño de mundos irrecusables
construido.
Mientras más viejo
menos se muere.
Dios es un matemático.