Los piratas sabían
guardar a sus cautivas;
entre espejos y espejos
las tenían…
Aquí sólo leo tu cuerpo;
los tesoros de la otra isla
fueron la posesión del banquete
entre vinos de un parral en primavera.
En esta roca el dolor
nos distingue de los dioses;
las olas nos roban
una y otra vez la cercanía.
Se esconde el calor en arenas
y el silencio encendido lo destapa;
saboreamos una especie protegida
entre voces de llamas sin tiempo.
Los piratas sabían
guardar a sus cautivas;
entre espejos y espejos
las tenían…