El duque de Aumale de Efrén Rebolledo

Bajo la oscura red de la pestaña
destella su pupila de deseo
al ver la grupa de esplendor sabeo
y el albo dorso que la nieve empaña.

Embiste el sexo con la enhiesta caña
igual que si campara en un torneo,
y con mano feliz ase el trofeo
de la trenza odorífera y castaña.

El garrido soldado de Lutecia
se ríe de sus triunfos, mas se precia
de haber abierto en el amor un rastro,

y gallardo, magnífico, impaciente,
como un corcel se agita cuando siente
la presión de su carga de alabastro.