El fuego de la sombra de Christian Formoso Bavich

1

La casa en cierta medida como un sepulcro,
y todos los muertos sentados a la mesa,
las cucharas lentas por el peso del mundo,
la comida antes de alimentar a la tierra.

Pronto vendrá la noche sin dejar que llegue la tarde,
y la violencia del viento me hará pensar
en canciones podridas que hablaban de Cristo.
La mesa vacía me revelará otro tiempo.

Tendré todo lo que amo para nombrarlo.

2

Cantar a la medida de la muerte,
como en una boca negra y sin dientes,
cantar sobre los techos mugrientos del mundo.

Cantar,
estirar la lengua en medio del pueblo,
como una madeja ovillada en otro tiempo.

Cantar,
como si pudiera, como un niño angosto,
como un feto.

Cantar como vomitando por los campos
y las casas, como un durazno limpio,
como un estómago vacío.

Cantar,
cantar como la sarna canta en la carne
de las articulaciones,
como el musgo asomando en la lengua cantar.

Cantar los colores deformes,
los sonidos olorosos,
los sabores de las letras,
la temperatura de la memoria.

Cantar,
yo que siempre he encontrado mi dolor
en otro cuerpo, arrojado a este otro cuerpo
como un demonio desnudo.

Cantar como si pudiera,
los dolores del mundo
en los contornos del infierno.