Al carpintero hoy he suplantado
y estoy manipulando la madera.
Los clavos vienen, el martillo espera
y un viejo mueble llora desclavado.
(Nadie recuerda aquel árbol herido
que de su corazón sacó esta tabla,
todavía en silencio ésta nos habla
envuelta de la sierra en el silbido).
¿Lograré yo un objeto necesario
donde se acoja mi dolor diario
y ceda la tristeza cotidiana?
¿Acaso de mi cuna haré el espejo,
o quizá de este pobre mueble viejo
el ataúd fabrique de mañana?