El traje nuevo de María Elvira Lacaci

Voy a vestirme el traje de etiqueta.
Cuidaré mis maneras.
Perfumaré mi aliento -respirando el estiércol tanto tiempo…-

No. No es correcto. Lo sé,
el presentarme así todos los días.
A mi modo. Rebelde.
Llevando de la mano -igual que las gitanas a la puerta del «Metro»-,
palabras mal peinadas. Andrajosas. Desnudas.
Intentaré acordarlas.
Arcangélica música debe llevar el viento
cuando gira:
«Los oros del otoño», «Las cascadas», «Los trinos».

Pero no. No podré; ¡estos modales…!
Cuando me sienta estrecha aquí en el alma.
Cuando me pise sin clemencia el Tiempo,
vocearé de nuevo.
Escupiré a la rima -la rima es de burgueses
de la dicha-, y mis zapatos
llevaré ya en la mano. Iré saltando
libre
de su opresión.
Y de verdad lo siento. Debe ser tan hermoso,
con paternal orgullo,
pasear entre gentes -satisfechas
del todo- almidonadas frases
con puntillas
y lazos
de colores vistosos…