Si queréis de mi lira
oír los sones,
dadme vino de Lesbos
que huele a flores.
Y si queréis que dulces
amores cante,
venga Lelia a mi lado
y el vino escancie.
Pero no en cinceladas
corintias copas,
¡porque el vino de Lesbos
se liba en rosas!
El Amor nos lo brinda,
y el que lo bebe,
¡arder en sacro fuego
feliz se siente!
Es suave como el néctar
que, en los festines
del Olimpo, Ganímedes
alegre sirve.
¡Que venga Lelia hermosa,
y sus hechizos
celebraré en mis cantos
bebiendo vino!
Veréis cómo la niña
si oye mis coplas,
me da vino de Lesbos,
pero en su boca…
¡Porque el vino de Lesbos
se liba en rosas!