Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.
De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban…
Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.
De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban…