Quisiera ser tu propio pensamiento,
la inseparable sombra que te siga
si no ya como amante, como amiga,
en sol, en luna, en luz de apartamento.
Quisiera ser el vaho de tu aliento,
la inquietud afectiva que te intriga,
de tu edificio columnata y viga,
de tus heridas oloroso ungüento.
Tanto quiero ser tuya, hacerte mío,
que dejaré mi espíritu vacío
para que lo satures de tu esencia.
Remolca mi silueta en tu sendero,
sombra adherida a tu vagar ligero,
y absórbeme en tu piel y en tu existencia.