EPÍLOGO de Julio Herrera y Reissig

Fuera: el trueno juega y corre con su inmenso monolito.
El huracán, monstruo asmático, lanza pavorosa tos;
los relámpagos alumbran, atraviesan lo infinito.
Como el fósforo encendido del gran cerebro de Dios!

Montmartre, Sol en Sagitario, M.C.M.