He de llamar aquí como si aquí estuvieran.
Hermanos: sabed que nuestra lucha
continuará en la tierra.
Continuará en la fábrica, en el campo,
en la calle, en la salitrera.
En el cráter del cobre verde y rojo,
en el carbón y su terrible cueva.
Estará nuestra lucha en todas partes,
y en nuestro corazón, estas banderas
que presenciaron vuestra muerte,
que se empaparon en la sangre vuestra,
se multiplicarán como las hojas
de la infinita primavera.