Haciendo el amor a un ángel de Juan Daniel Perrotta

Sé que no eras un ángel
ni una puta
Me cojías como un ángel
hasta hacerme estornudar
por el roce de las plumas
de tus alas y —claro—
caían lágrimas de mis ojos
Llorabas entonces
como una puta
enamorada
de un ocasional cliente
caliente
y nuestros gemidos
no sexuales
se elevaban a los cielos
Allí quedó nuestro amor
colgado
después de alguna noche
de sexo
en la que perdiste las alas
al golpear contra una nube
y caíste hacia algún lugar del planeta
No te volví a ver
pero sigo buscándote
y reavivando tu recuerdo
en iglesias y burdeles