Hastío -pajarraco
de mis horas-. ¡Hastío!
Te ofrendo mi futuro.
A trueque de los ocios
turbios que me regalas,
mi porvenir es tuyo.
No aguzaré las ramas
de mi intelecto, grave.
No forzaré mis músculos.
¡Como un dios, a la sombra
de mis actos -en germen,
sin realidad-, desnudo!
¡Como un dios-indolencia
comprensiva-, en la cumbre
rosada de mi orgullo!
¡Como un dios, solo y triste!
¡Como un dios, triste y solo!
¡Como un dios, solo y único!