Húmedo está, bajo el laurel, el banco de Antonio Machado

Húmedo está, bajo el laurel, el banco
de verdinosa piedra;
lavó la lluvia, sobre el muro blanco,
las empolvadas hojas de la yedra.

Del viento del otoño el tibio aliento
los céspedes ondula, y la alameda
conversa con el viento…,
¡el viento de la tarde en la arboleda!

Mientras el sol en el ocaso esplende
que los racimos de la vid orea,
y el buen burgués, en su balcón, enciende
la estoica pipa que el tabaco humea,

voy recordando versos juveniles…
¿Qué fue de aquel mi corazón -sonoro?
¿Será cierto que os vais, sombras gentiles,
huyendo entre los árboles de oro?