El viento golpea la puerta
del cuarto siempre cerrado.
El viento llama a la puerta.
El viento quiere abrir
la puerta en que detiene su camino
ese caballo blanco con ojos de cristal.
El viento araña
la puerta con su garra de dragón errabundo.
Los sioux y comanches
van tensando sus arcos.
La paloma mecánica
mueve sus alas frías.
Pero el viento
derriba al fin la puerta.
Y deja ver
la habitación de sombra y amargura.