INFANCIA de Felipe Benítez Reyes

El viento golpea la puerta
del cuarto siempre cerrado.

El viento llama a la puerta.

El viento quiere abrir
la puerta en que detiene su camino
ese caballo blanco con ojos de cristal.

El viento araña
la puerta con su garra de dragón errabundo.

Los sioux y comanches
van tensando sus arcos.

La paloma mecánica
mueve sus alas frías.

Pero el viento
derriba al fin la puerta.

Y deja ver
la habitación de sombra y amargura.