Entre los dedos la cabellera
que cae como cien trompas de elefantes negros
alas de ángeles dentro de un pozo.
La seda es curiosidad de cocineras
el aliento entre las manos del campesino
es una bailarina de tul en una cueva.
Jalón de este a oeste
en la mirada de un chino
donde el sudor lo hace rey del tornasol.
La inquieta mano del sastre
busca agujas y olfatea orificios
la nariz es la flecha de la destrucción.