El verde ha sido verde desde mucho antes que tú y yo fuésemos nosotros
y de mucho antes que ambos volviésemos a ser extraños.
Cuando vivíamos en rojo y soñábamos en azul, ya lo echábamos de menos,
cuando me hundí en el negro y te fuiste tras el blanco supimos que nos era ajeno.
Pero cuando lo tuvimos fuimos felices.
Por eso amor, ahora que el silencio se ha instalado entre nuestras miradas,
ahora que el olvido ha vestido nuevas ropas, que el perdón se ha tapado la boca;
el hastío me ha vuelto daltoniano y mi vida se ha quedado sin color.
Por eso amor, me cuesta tanto olvidar esos días,
y por eso, de todos los verdes que he perdido y los he perdido todos
ha sido el de tus ojos, lejos, el que más ha dolido.