Sonora, limpia, transparente, ondosa,
naces de antiguo bosque, ¡oh sacra fuente!
En tus orillas canta dulcemente
el ave enamorada y querellosa.
Ora en el lirio azul, ora en la rosa
que ciñen el raudal de tu corriente,
se asientan y se mecen blandamente
la abeja y la galana mariposa.
Bien te conoce Amor por tus señales,
gloria de las pintadas praderías,
hechizo de pastoras y zagales.
Mas ¿qué son para mí tus alegrías?
¿Qué tus claros y tersos manantiales,
si sólo has de llevar lágrimas mías?