La modernidad adosó un squash

La modernidad adosó un squash
al viejo panteón de Trotski
su matadero
es ahora un museo esquina Viena
Morelos
Coyoacán México Distrito Federal

de espaldas a la Historia
los jugadores de squash pelean
contra la edad y los excesos
de grasa en la sangre y en los ojos
ajenos

la pelota pájaro loco en su jaula
de paredes crueles no tiene escapatoria
furia de verdugos que pretenden
envejecer con dignidad
la dignidad de Trotski la puso el asesino
borrón y cuenta nueva de un hijo de sierva
contra el señorito hegeliano pintor
de ejércitos rojos por más señas

salta la pelota hasta reventar
entonces el músculo duerme la ambición descansa
los jugadores beben ambrosías de coca cola
y seven up

cerca
las cenizas de Trotski y Natalia Sedova
entre arrayanes mirtáceos y flores carnales
de su jardín de aroma insuficiente
se suman en el doble fracaso del amor
y la Historia

los jugadores de squash vuelven a su casa
hacen el amor mienten a sus espejos
la esperanza de un pantalón más estrecho
escaparates del Barrio Rosa
unisex y sin edad