Apareció el sol
y el miedo de cegarme también
presencia descarnada
la que mira no soy yo
sino la que de noche tajea el cielo
y al amanecer anda perdida
emparchando fisuras
la que se quiebra
de tanto deseo de lo que no existe.
Apareció el sol
y el miedo de cegarme también
presencia descarnada
la que mira no soy yo
sino la que de noche tajea el cielo
y al amanecer anda perdida
emparchando fisuras
la que se quiebra
de tanto deseo de lo que no existe.