Línea roja de Pedro Enríquez

Las copas vacías sobre el aliento de la mesa
los relojes de hielo los ojos de aguja
ven explícame el misterio de los versos
aún no es el tiempo las rosas brotan en junio
la vida nos persigue también la muerte calla
ahora pienso que la belleza tiene nombre
dímelo es tu voz el sentido del instante
por las calles otra música nos anuncia el secreto
nunca domino las situaciones en mi piel
caminar a tu lado es el principio de la historia
la noche rueda hasta alcanzar los bares sedientos
no quiero contar escaleras me devoran los números
el vino en los labios el mismo deseo de cristal
la memoria el sueño la cuerda los recuerdos
nunca confíes en los poetas no confío en nadie
no es verdad tus palabras iluminan los libros
mira mis ojos no engañan son hermosos
dímelo otra vez ahora es el abrazo huella de carmín
invéntame la amistad no quiero nunca perderte
me voy vete me voy aún sigues aquí
así abrazado a tu espalda espías las manos
capitanes los dedos atracados en tu puerto
la lengua avanzando sobre la isla del cuello
centro encendido eclipse cueva océano
los secretos nunca abiertos línea roja
será distinto otro día te llamaré
suavidad de fuego
siempre
espero
aquel
paisaje
de agua