Soy tu enemigo que no tendrá piedad. / Guerra te llamaré y tomaré / contigo las libertades de la guerra. / Y en mis manos tu rostro oscuro y atravesado, / en mi corazón el país que / ilumina la tormenta.
Ives Bonnefoy
Tempranamente nos lanzaba la noche
sus grandes ojos de diosa
había en esas calles otra luz
que no conoce el día
y nada ni nadie sabía de la muerte
venías detrás de ti larga y enigmática
presencia donde me reconozco
otros canten la gloria de lo evidente
y harán lo justo
yo viviré siempre
en esta piel estas manos,
y este cuerpo
bañado por otra luz otra presencia.
Otra guerra hay que la del pan
otra embriaguez que la del vino
otra tierra hay en esta tierra:
Eterna es nuestra primavera.