a Diego Granados
Los días se parecen a los pájaros
vienen y luego van y siempre dejan
una herida de luz. Huele a musgo
su vuelo, a países de escarcha,
a savia de madroños escondidos…
(Hay una fuente oculta que derrama
blancos ríos de sed, y un campanario
azul, mecido por el viento).
De qué cielo, de qué elevada dicha,
los pájaros descienden. De qué amor.
Los días se parecen a los pájaros,
igual tristeza dejan cuando pasan,
la misma oscuridad, igual silencio.