Los hilos dorados de la imaginación colectiva de Noni Benegas
La sospecha (era lo último
que podíamos generar)
nos empujaba a bautizar cada cosa
con dos nombres
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.AceptarPolítica de privacidad