La cálida o porosa tinta de mis sueños
afónicos pájaros da a un torso
sobre el fino papel vegetal de la memoria
y esos pájaros pueden igual ser lunas tardías
que el oculto alfabeto con que unas piernas
sin un solo respiro reelaboran nuevo el mundo.
Y mientras reconstruyo de tu amor estos instantes mínimos
sé que soy legión de vivos, que desiertos
y ciudades se hacen nada
si camino poblado por tus rostros
y sé que puedo abrazar en cualquier momento
el exacto gesto con que lanzaba yo al vacío un cigarrillo
para dejar que cambiaras los discos dulces de mis ojos
y que puedo cuando quiera acompañarme repitiendo
el modo en que convertías las esquinas
en absolutos azules sin demonios.
Y saber que hasta tal punto
era vivir entonces estas cosas
que podíamos sin especial esfuerzo
creer que el alba
no era del todo mentirosa.
Pero los improbables tiempos de las almas
un día se disecan.
Ya sólo guardo sombras.