A nous deux
Te contemplo y te sé sobre este río
lento del tiempo y los atardeceres
caudales del espacio compartido.
Y estoy mirando lo que ven tus ojos
azules ante el tiempo,
constantes en el aire luminoso.
Pulsamos la confianza
de impulsar con sus nombres otros rumbos
en devenir de instantes
sumidos en futuros ignorados.
Y en nuestra panorámica
nacemos a la suerte
cruzada del placer entre tareas,
dudas y alarmas.
Grávidos
retornan con su ritmo los momentos
en vilo del pasado.
El mundo es un compás
de instantes en nosotros sin medida,
con mi cuerpo en el tuyo
desde el fervor presente enajenado.
La luz decae, pero no atardece
nunca en Mount Adams.
Fluyen las aguas y no cesa
nuestra mirada en ellas, transparente
mientras el aire es nuestro todavía.