Déjalo ya. Recorre este silencio
de naranjas sin sol y cipreses sin luna.
Ahora que la verdad y la mentira
se alejan fatigadas
en el humo amarillo de un desdén,
tendrás que defenderte
de los rencores y del patetismo.
La muerte es un contable
perdido en la inocencia de los números.
Avara, sin excusas,
con sus cuentas inútiles y con sus manos frías,
se acercará a tu casa.
Espera la visita
y reconoce
una extraña dureza familiar
en el último paso.
Quien se arriesga a vivir un sueño ajeno
acaba por ser víctima
de sus propios fantasmas.