Ni eterno ni temporal de René Char

¡El trigo verde en una tierra que todavía no ha sudado, que no ha
hecho más que tiritar! A distancia feliz de los soles precipitados
de los fines de la vida. Rasante bajo la larga noche. Saciado de agua
encima de su luminoso color. Como guardia y viático dos puñales
de cabecera: la alondra, el pájaro que se posa, el cuervo, el espíritu
que se graba.

Versión de Jorge Riechmann