Noche entre dos labios de Antonio Carvajal

La noche, entre dos labios distendida,
víctima iridiscente de la aurora,
con lluvia canta o gime o duda o llora
sobre la huella que dejó la herida.

Difícilmente abril lanza encendida
la corola dudosa de una hora;
clama en la lluvia el viento, el agua implora
cauce a su curso y lágrima vencida.

Pero dos manos limpias, delincuentes
porque recogen sólo la bellaza,
dejan los labios quietos y sombríos.

¡Oh caricias soñadas e infrecuentes,
con la misma pasión e igual tristeza
que llevan a la mar llanto y rocíos!