Oración de André Cruchaga

Perdón por los insectos

y los pájaros que mueren

la hojarasca

la luna en el estío

el crepúsculo colgado de las ramas

los niños barriga de lombrices

plagicidas en las burbujas de los féretros

perdón por los platos que no almuerzan

tuzas en las camas masticando la piel

fososíntesis de mora

en el taburete

alfiler del hambre los pechos que ya no viven

perdón

perdón

perdón

perdón

perdón don condón tentación

perdón fornicación

introvertido vértigo de advenimiento

perdón por la risa perdida

por el espejo que transcurre

apuñalado en la garganta

perdón por los célibes que se toman otro mundo

perdón por este mundo

que crece grotescamente en números

perdón por la calidez del insomnio

el terror y el lento fuego de la miseria

perdón por las palabras

por el diccionario que reverbera de fósiles

perdón por el bosteza de cansado reloj

por los ojos bizcos que miran de soslayo

por los senos que se ausentan como trenes

por esos después ya no vírgenes

por el que gime sin sábanas en el alma

por la noche que extiende su oscuridad como embudo

por los rostros y los cuerpos que beben la neblina

por el demonio que se posesiona

en espiral hasta llegar a la tristeza

por las telarañas que ciegan las ventanas

por el que escupe cuando sale a la calle

perdón por los amuletos de la buena suerte

que abrigan esperanzas

por el que duerme como póstuma estatua

por el rojo del guiño y las rocolas

perdón por mis zapatos sin afeites

perdón por aspirar tanto espejismo

perdón por mis pies que no saben de botiques

perdón por este sueño que llama a Heráclito

perdón

perdón

perdón