Digo que nuestro amor
ha sido como un crucero de lujo
surcando acerados Atlánticos.
Hemos recorrido sus cubiertas
Y visto desde allí puestas de sol inolvidables
sobre bahías donde casas ocres y naranjas
absorbían la luz como cajas encantadas.
Como joven pareja enamorada
nos hemos deslizado por las pistas de baile
en las fiestas de gala.
Hemos cenado en la mesa del capitán
Y tú has mantenido la conversación amena,
has hecho reír a los comensales
mientras yo, en un silencio adorable, celebraba tus bromas
y reía sin cesar escuchando una y otra vez
las anécdotas, los mitos familiares.
En la suite matrimonial
hemos hecho el amor
como rito de confirmación de nuestra felicidad.
Las historias de nuestra travesía
han sido la envidia de las amistades menos afortunadas.
Hemos construido , con destreza de arañas la tela de la
leyenda
que ahora habitamos.
Esa misma iridiscente felicidad
que, en noches como ésta en que te desquiero,
sueña con mares oscuros
y témpanos.