Palabras de Paul Celan de Alfonso Costafreda

Pero aún pudo verte, un eco
que caería a tientas
con la antena de las palabras, lomo
de la separación.

Su rostro suavemente resignado,
la lámpara que ardiera;
mas de repente surge
dentro de mí una llama
en que susurras con dolor. No. Nunca.