Dos arañas en el lavabo:
Dudar un momento.
¿Salvarlas, llevarlas afuera?
El viento, la lluvia, la escarcha.
Las hormigas, los pájaros.
Demasiados peligros.
Una difícil supervivencia.
Pero entonces, ¿qué hacer entonces?
¿Aplastarlas entre los dedos,
abrir el grifo?
¡Claro, abrir el grifo!
Bajo el chorro, luchan por salir.
Un esfuerzo. Un último esfuerzo.
Luego, casi al unísono, ovillan
las patas sobre el abdomen.
¿Resignadas? ¿Afirmándose? ¿Muriendo?
Como espirales del agua
desaparecen por el desagüe.
Limpio. Limpio y sencillo.
Pequeños crímenes.