a W.H.
Dioses antiguos, ruinas
contra un aire invernal.
Mas tú has de ser modelo
de lo humano inmutable.
El tiempo, de infinitos
y turbulentos crímenes,
lejos de tus mejillas,
tu cintura, tus muslos,
tus cabellos, tus pies.
Mi rojo amor eleva
contra el glacial olvido
un obelisco en llamas,
memoria de tu imagen.
No he de temer mi muerte
pues en ti viviré…
(Así cantaba el Cisne
de Avon, mientras se hundía
en tierno y dulce niño.)